26 enero 2007

La Magia en el Cine

Nunca lo había pensado, pero el CINE y la MAGIA son dos artes que están íntimamente relacionadas. Tienen muchos puntos en común:
Hay un artista, de un lado, que inventa una escena para intentar engañarnos y mostrarnos algo que en realidad no existe pero que el espectador quiere creerse. Y se lo cree.
Del otro lado está el público, totalmente consciente de que lo que está viviendo es una mentira, un invento, pero que sin embargo se siente feliz con ese engaño. Es lo que teóricamente se define como “verosímil” que la periodista Sandra Russo definió en Página 12 de manera simple: Es una copia de la verdad, algo parecido a la verdad, una mentira, una ficción que debe respetar el molde de la verdad para que el lector entre en el juego y acepte involucrarse intelectual y emocionalmente con un relato que, sin embargo, sabe de antemano que es falso. Tanto en la magia como en el cine existe el verosímil.
Y hacia el final, en magia y en cine, todos queremos saber “cómo se hizo”, descubrir ese engaño, pero que sabemos que si lo encontramos, aquel maravilloso efecto que se produce en nuestra mente y con los sentimientos, se derrumbarán como una torre de naipes.

Sí, el cine y la magia son dos artes muy relacionadas. Y algo mucho mejor que ver un buen truco o una buena peli es cuando encontramos una gran película sobre la magia. Es el caso de “El truco final (el prestigio)” la última producción de Christopher Nolan, el director de “Memento” y “Batman begins”.
Para la crítica específica del film recomiendo La Butaca con ficha, sinopsis y varias críticas de especialistas en el tema.


Hay una frase, al comienzo, que resume la perfecta y armoniosa relación cine-magia, en la que se describe los tres pasos de un buen truco: “La promesa”, en el que el prestidigitador muestra abiertamente al público algo que a primera vista parece ordinario, común; “el giro”, que hace que ese algo mediocre provoque un hecho extraordinario; y para acabar, “el prestigio”, que deforma lo visto hasta conseguir que el espectador asista a algo increíble, jamás visto antes*. Eso es “El truco final (el prestigio)”, y eso es el cine.

Una película distinta, que merece la pena ver y disfrutar, como un buen truco de magia. Dejarse llevar por la farsa, intentar anticiparse al artista, sin posibilidad alguna de lograrlo y presenciar “el prestigio” que producirá en el espectador la sorpresa y el aplauso mientras intentamos “saber cómo lo hizo”. Pero como dice el narrador: pero eso no es lo que realmente queremos, porque en el fondo todos deseamos sentirnos engañados. Eso es la maravilla del séptimo arte y una de las cosas que lo hace tan apasionante. Por suerte esporádicamente encontramos este tipo de obras que nos devuelven la esperanza en el cine “comercial”.
Un guión perfectamente logrado con narración no lineal que mantiene la intriga y nos desvela en dosis la trama; y el ojo de un director tan detallista como Nolan, que junto a las actuaciones de Christian Bale, Hugh Jackman, Michael Caine y la bellísima Scarlett Johansson (quien imprime la cuota femenina), provoca un gran film, cual la mejor ilusión de un gran mago, con todos los detalles que un buen artista debe y puede tener. ¡¡Abracadabra!!


Hasta la próxima.

Saludos. JMQ.


*Antonio Alarcón, "Mago rico, mago pobre". Revista "Dirigido por". Nro 362. Diciembre de 2006.

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