Crear un blog, demanda también darle un nombre. Ese será la puerta de entrada a todo aquel que por casualidad, mala suerte o deseos, se meta en uno de estos maravillosos espacios de expresión.
Me resultó extremadamente complicado encontrar el nombre que abriera el mío. Porque no se me ocurría (ni se me ocurrió luego) una denominación que fuera sencilla, que me representara y que a la vez tuviese algo ingenioso. Chusmeando en la net, encontré muchos nombres muy graciosos, serios, formales o simples.
Algo simple, como mi nombre o profesión o una frase robada de una canción creo que hubiese sido lo más fácil y menos frustrante. Pero no, yo no quería "algo así nomás". Al fin de cuentas el nombre quedará y será la carta de presentación en el futuro.
¿O acaso los que tienen hijos le ponen cualquier nombre? ¿Cuántas peleas, discusiones y hasta divorcios habrá en el mundo por culpa del nombre de un hererero/ra?
¿O los clubes de fútbol, tienen nombres "así nomás"? Lo mismo que con los hijos, no es fácil crear una institución y además encontrarle un buen mote.
Pero retomando con mi experiencia personal... Como no tengo hijos aún y tampoco tengo pensado fundar un club, lo único que me quedaba era el blog. Y bueno, pensé, pensé y pensé (no tanto, no se vayan a creer que me quemé las pestañas).
Je M´appelle Quintanilla: no tengo ningún conocimiento del francés. Silvia, una amiga que sí lo tiene, me dio una breve lista con frases para sobrevivir en una visita al país galo. Entonces vi que muy forzadamente, JMQ, mis iniciales, también podrían ser llevadas al Je M´appelle Quintanilla. Y aunque me llamo Juan Manuel, también mi apellido forma parte de mi identidad.
Así, me conformé con ese nombre. No es gran cosa, como les anticipé arriba, pero a mi me dejó contento.
En definitiva de esto se trata este espacio: contar algunas pensamientos personales, y poder compartirlos con los que se sumen.
Una pequeña explicación de por qué el nombre de este blog creo que es una buena nota de inicio del mismo.
Hasta la próxima.
Me resultó extremadamente complicado encontrar el nombre que abriera el mío. Porque no se me ocurría (ni se me ocurrió luego) una denominación que fuera sencilla, que me representara y que a la vez tuviese algo ingenioso. Chusmeando en la net, encontré muchos nombres muy graciosos, serios, formales o simples.
Algo simple, como mi nombre o profesión o una frase robada de una canción creo que hubiese sido lo más fácil y menos frustrante. Pero no, yo no quería "algo así nomás". Al fin de cuentas el nombre quedará y será la carta de presentación en el futuro.
¿O acaso los que tienen hijos le ponen cualquier nombre? ¿Cuántas peleas, discusiones y hasta divorcios habrá en el mundo por culpa del nombre de un hererero/ra?
¿O los clubes de fútbol, tienen nombres "así nomás"? Lo mismo que con los hijos, no es fácil crear una institución y además encontrarle un buen mote.
Pero retomando con mi experiencia personal... Como no tengo hijos aún y tampoco tengo pensado fundar un club, lo único que me quedaba era el blog. Y bueno, pensé, pensé y pensé (no tanto, no se vayan a creer que me quemé las pestañas).
Je M´appelle Quintanilla: no tengo ningún conocimiento del francés. Silvia, una amiga que sí lo tiene, me dio una breve lista con frases para sobrevivir en una visita al país galo. Entonces vi que muy forzadamente, JMQ, mis iniciales, también podrían ser llevadas al Je M´appelle Quintanilla. Y aunque me llamo Juan Manuel, también mi apellido forma parte de mi identidad.
Así, me conformé con ese nombre. No es gran cosa, como les anticipé arriba, pero a mi me dejó contento.
En definitiva de esto se trata este espacio: contar algunas pensamientos personales, y poder compartirlos con los que se sumen.
Una pequeña explicación de por qué el nombre de este blog creo que es una buena nota de inicio del mismo.
Hasta la próxima.
Saludos. JMQ.
